Tercer Ciclo de Enseñanza Primaria. 2010-12

Nuestro trabajo. 5º y 6º de E. Primaria



sábado, 15 de octubre de 2011

Historias

Un día por la mañana, unos cuantos amigos, fuimos a misa. Allí me encontré con algunos compañeros de clase. La iglesia estaba toda en silencio. El sacerdote estaba empezando la misa, todos estábamos sentados en el mismo banco, cuando algo sucedió.

Estaban todos los bancos llenos de personas, y todos atendían a las lecturas de la Sagrada Escritura. Hacía un día soleado, las vidrieras resplandecían por la luz del sol. Había un ambiente tranquilo y silencioso. En unos bancos más atrás, se encontraban todos nuestros padres siguiendo la misa y observando nuestro comportamiento.

Una compañera mía me dio una idea, un poco extraña, pero no le hice caso. La idea no era muy adecuada para ese momento, pero yo la guardé en mi cabeza. La idea era graciosa, atrevida, disparatada, interesante. En verdad, la idea me tentaba, pero no me atrevía, porque estábamos meditando sobre nuestros pecados.

Cuando toda la iglesia estaba silenciosa, un sonido extraño retumbó por los bancos, todos empezaron a mirarme y se pusieron a reír. Me preguntaron que había sido ese sonido, y yo les contesté que sólo había sido por tragar la saliva un poco más fuerte. No todos se quedaron convencidos.

Jose Javier Paulano Sánchez


Todo sucedió un día de invierno. Yo estaba sólo en casa porque mis padres se fueron a comprar y mis hermanos se fueron a jugar al fútbol con unos amigos.

Era por la tarde, casi las siete, y de repente empecé a oír la música de una canción que decía: uno, dos, canta por favor, tres, cuatro, el hombre del saco.....Yo estaba con miedo porque creía que alguien venía a por mí, o que me iban a hacer algo. Con mucha curiosidad, y bastante miedo, fui a ver de dónde procedía ese misterioso y horrible sonido.

Empecé a inspeccionar para averiguar de que habitación venía la dichosa canción, y entonces lo descubrí: la habitación era la de uno de mis hermanos, abrí la puerta y busqué y busqué hasta que di con el lugar exacto. Resulta que era el móvil de mi hermano mediano, que se lo había dejado olvidado y lo estaban llamando y como le gustan tanto las películas de miedo, pues se había puesto ese tono de llamada que es una canción que aparece en una de esas películas de miedo de pesadilla en elm street.

Respiré aliviado al descubrir lo que era, porque la verdad es que pasé bastante miedo.

José Javier Paulano Sánchez

No hay comentarios:

Publicar un comentario