Cuando
me dormí, entré en un mundo de fantasía en el que había Trolls,
Hadas, Magos, etc.
Todo
empezó en mi casa. Hice las cosas de cada día y salí a la calle.
Cuando salí, vi a un hombre que parecía que tenía 200 años, me
explicó todo lo que pasaba, él se ganaba la vida como “arbitro de
carreras mágicas”. Entonces le pregunté que si yo podía
participar, y dijo que no, porque para ellos, necesitas ser una
criatura fantástica. Después de reflexionar, le dije que parecía
un mago. Y el me dijo, que eso fue hace mucho tiempo. Le pedí por
favor que si podía enseñarme, y él me contestó que lo intentaría.
Lo primero que tendría que aprender era a controlar los elementos:
el agua, la tierra, el fuego y el aire. Me dijo que el más difícil
era el agua, porque también se aprendía a congelarla y por tanto
que empezara por el aire. Y así lo hice.
Aquí
es donde empieza mi gran historia. Comencé haciendo vendavales, mas
tarde tornados, después huracanes y ciclones. Seguidamente trabajé
con la tierra, aprendí a elevar la tierra, a levitar rocas. Después
continué con el fuego, conseguí hacer magma y un dragón de fuego.
También hice el doble del dragón de fuego. Y por último el agua,
donde aprendí a crear olas, y surfear sin tabla y provocar
remolinos.
El
hombre estuvo muy orgulloso de mí, ya estaba listo para hacer las
carreras.
Cuando
llegó el día de la gran carrera, los nervios me mataban. Cuando
dieron la salida, había una cuesta no muy empinada, supe que era el
momento de utilizar lo que aprendí del agua, la congelé, e hice un
camino de hielo. Al mirar a un adversario, supe que me quería
fastidiar la jugada, y así fue, echando lava en mi camino de hielo.
Pero yo no dudé en elevar la tierra para propulsarme, y cuando
estuve en el aire usé, mis manos para impulsarme con fuego, para
seguidamente aterrizar suavemente en el suelo. Cree un campo de lava
y un pequeño camino de hielo y para que nadie pasara, elevé la
tierra debajo del hielo. Pero mi adversario no se dejó vencer, y usó
un dragón de hielo para congelar la lava, pero ya era demasiado
tarde, estaba a punto de cruzar la meta. De repente apareció un hada
y me adelantó, pero me quedé feliz.
Por
Andrés Estudillo
MI
SUEÑO
Un
día soñé que estaba en un bosque, era muy grande, había setas que
parecían árboles, las hojas eran folios de papel y los monos tenían
grandes cuernos.
Un
día estaba en aquel extraño bosque y encontré una ardilla, pero
cuando la toqué me fui a la luna y en ella había miles de ratones y
cuando se hizo de día me di cuenta de que la luna estaba llena de
ratones porque era de queso. Me acerqué despacio e intenté tocar a
uno de los ratones y al hacerlo, el ratón me llevo al Edén, era muy
bonito pero había una serpiente que enseguida me di cuenta de que
era mala y antes de que pudiera atacarme, con un cuchillo la maté.
Después una persona me habló y me dio una corona y me felicitó por
haber matado a la serpiente porque en realidad era el mismísimo
diablo. Yo me quedé sorprendido porque no me imaginaba que pudiera
ser el demonio, pero me alegré de haberla matado porque me pareció
muy fea y malvada. Después sentí una cosa muy agradable que me
despertó, era mi madre dándome un cariñoso beso de buenos días.
Etienne
Vacas 5º
Un
día soñé…
Un
día soñé que estaba durmiendo en mi dormitorio y yo quería ir a
la habitación de mi hermano. Cuando salí al pasillo, vi a la niña
del exorcista corriendo y dando vueltas, entonces me vio, se paró y
vino corriendo a por mí. Yo no podía moverme del miedo y en ese
momento empecé a gritar.
Entonces,
seguí durmiendo tranquilamente hasta la mañana siguiente.
Esto
me pasó porque vi el tráiler de la película en el ordenador.
Desde
aquel día, ya no he vuelto a ver ningún tráiler de películas de
terror.
Pondría
la foto, pero todavía no se me ha pasado el miedo.
Pablo
Leiva Parras 5º de Primaria
Fue
un sueño muy raro, primero había una mansión y yo entré con dos
primos míos, Antonio y Javier. Entramos a una puerta que ponía
“Calzado”, era una sala grandísima, como tres campos de fútbol,
y en medio una silla con un hombre viejo que decía:
-“Estos
son tus zapatos”.
Había
un montón de zapatos y los que él decía se iluminaban, pero eran
todos del mismo tipo.
Nos
dimos cuenta que el viejo era un enano y nos quería matar. Empezamos
a correr y al salir de la mansión le pillamos al anciano la cabeza
con la puerta.
No
sé cómo pude soñar eso porque es muy disparatado y sin sentido.
FRAN
GONZÁLEZ SÁNCHEZ.5º
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